Quizás para el que espere encontrar en estas líneas, de forma rápida y concisa comentarios útiles, el primero que os vamos a decir, es, si no necesitas actualizar a Windows Vista, salvo por curiosidad, entonces, de momento espera un poco.
No es que tengamos ninguna intención de quitaros las ganas de hacer lo que consideréis oportuno con vuestros PC’s, pero una de las conclusiones a las que hemos llegado es que, aún siendo Windows Vista, un sistema operativo, muy estable, quizás el más estable de los distribuidos por Microsoft hasta el momento, aún le hace falta rodaje.
No sólo le falta rodaje al sistema operativo en sí, sino que le falta rodaje al mercado. Aún son muy pocos los programas que han actualizado a Windows Vista, y aunque a priori las aplicaciones parecen compatibles en un primer vistazo, y casi todo lo que se ejecutaba en Windows XP, consigue ejecutarse en Windows Vista, esto no es del todo cierto.
Pero empecemos por el principio. Aunque en la mayor parte de los sitios la recomendación es hacer una instalación limpia de Windows Vista, en un PC formateado, para los que nos consideramos quizás ‘profesionales’ de la informática, y tenemos muchas horas de configuraciones, compiladores, y demás, la palabra ‘formatear’ no forma parte de nuestro vocabulario, y por eso nosotros vamos a hablar del proceso de actualización a Windows Vista desde Windows XP.
Hasta 6 versiones diferentes se han publicado de Windows Vista. Para quienes actualicen desde Windows XP Home Edition, podrán actualizarse con Windows Vista Home o Windows Vista Premium. Para quienes lo hagan desde Windows XP Professional, deberán actualizarse a Windows Vista Business, o Windows Vista Ultimate.
Que nadie intente instalar Windows Vista, arrancando desde el DVD si lo que pretende es actualizar. Para actualizar, ejecutar el autoarranque del DVD desde dentro de Windows XP.
Antes de comenzar la instalación en sí, el propio proceso realizará una análisis de las condiciones de nuestro PC, y del software no compatible que pueda encontrarse instalado en nuestro Windows XP. Con estos datos se le obliga al usuario a eliminar dichas aplicaciones antes de poder continuar.
Los requisitos de Hardware han aumentado ostensiblemente, así que para todos aquellos que no dispongan de 2 Gigabytes de memoria RAM, mi recomendación es que directamente no se planteen la instalación de Windows Vista. Es cierto que con 1 Gigabyte el sistema se instala, pero para un PC con aplicaciones habituales que funciona bien con 1 Gigabyte en Windows XP, en Windows Vista no tendrá prácticamente memoria para ejecutar nada.
Otro problema será la tarjeta de video. Para los que no somos jugadores de videojuegos de última generación, sino que utilizamos el PC básicamente para trabajar, tendremos los primeros problemas con Windows Vista, nada más arrancar el sistema operativo por primera vez.
¿Por qué cambiar de tarjeta gráfica?
Al menos una tarjeta gráfica con soporte DirectX 9.0 por Hardware será necesaria para poder utilizar el tema de Windows Vista conocido como Aero. El tema Aero dota al interfaz de aceleración hardware en el propio escritorio, lo que permite utilizar ventanas con transparencias, el cambio de ventana en 3D, y salvapantallas de cuidada calidad.
Pero incluso cuando no exista la posibilidad de utilizar el tema Aero de Windows Vista, y sea necesario funcionar con el modo Windows Vista Básico, se aprecia como el sistema operativo no ha sido diseñado para funcionar en ese modo, y prácticamente no está optimizado. El hecho de ejecutar el explorador de archivos, se convierte en una tarea que demanda demasiado esfuerzo a nuestro hardware.
Esto nos obliga, al menos a una gran mayoría, a realizar cierta inversión para poder trabajar con Windows Vista.
En nuestro caso disponíamos de un PC, Placa Gigabyte 8IK1100, basado en el chipset I875P, de intel con un Pentium IV a 2.8 Ghz, y con 1 Giga de RAM. Tarjeta gráfica Nvidia TI 4800, AGP 8x, con 128 Mb de RAM.
La actualización necesaria nos ha dejado un PC de similares condiciones de procesador, 3 Gigas de RAM, Tarjeta Gráfica NVIDIA 7600 GS 256 MB RAM FDDR, AGP 8x.
Nada más detectar Windows Vista la nueva tarjeta, e instalar los drivers de NVIDIA correspondientes nos dió la posibilidad que no existía anteriormente de activar el Tema Aero de Windows Vista. Con este Tema activado el sistema operativo, cobró vida, y ahora nuestro rendimiento mejoró ostensiblemente.
El medidor de rendimiento de Windows Vista
Windows Vista, en las propiedades de mi PC, incorpora, la posibilidad de evaluar el rendimiento del PC cuando se realizan cambios de hardware o siempre que se desee.
Nuestro rendimiento en el primer escenario, era de 1.0 sobre 5.0, indicándo Windows Vista que ese valor de 1.0 viene identificado por existir un hardware que condiciona la productividad del sistema operativo a ese nivel, es decir que no nos da una media ponderada del resultado de cada uno de los componentes del PC.
Ese valor de 1.0 lo indicaba windows para el rendimiento con nuestra tarjeta gráfica antigua en juegos 3D. Para las aplicaciones de escritorio, la productividad era de 1.9 lo cual tampoco era muy alentador.
Con el nuevo hardware, la memoria tomó un valor de 4.4 sobre 5.0 y la tarjeta gráfica de 4.3 sobre 5.0 lo cual nos hizo apreciar rápidamente las diferencias. Aún así el coste de la actualización hardware nos supuso 270 euros, que si se lo sumamos al sistema operativo original que está casi en los 400 euros, hace una cantidad nada despreciable a tener en cuenta para la actualización.
Bien una vez hechos todos los esfuerzos, y sumidos en un proceso de actualización de varias horas, la instalación concluye. Quizás lo mejor de la instalación es que fue un proceso completamente desatendido de principio a fin, de hecho nos fuimos a dormir, y comprobamos los resultados al día siguiente.
Lo que más nos ha gustado de Windows Vista, es que el sistema de cierre de sesión de usuario, realmente mata todos los procesos, liberando al sistema operativo del consumo de memoria de dichas sesiones, y permitiendo que al iniciar la sesión de nuevo, el arranque comience de nuevo y cargue todos los programas, corrigiendo errores que pudiesen haber ocurrido y que nos hayan llevado al cierre de la sesión.
Otra de las cuestiones a destacar es la estabilidad. Parece que incluso en las condiciones más adversas de indisponibilidad de respuesta por parte de aplicaciones, el sistema operativo consigue responder a la mágica combinación de teclas Ctrl + Alt + Supr. Esto es un aspecto muy importante a tener en cuenta, para los que no somos de reiniciar constantemente el PC por todo.
Y como lo cortés no quita lo valiente, y hemos hablado de las bondades que a priori nos muestra el sistema, hablemos ahora de lo que nos ha traido por la calle de la amargura durante días.
Los problemas de usar Windows Vista hoy
Al sistema le falta rodaje e implantación en el mercado. Quizás con esta frase se resume lo que nos ocurre con Windows Vista, cuando intentamos hacer lo que hacíamos hace dos días con Windows XP. Hasta instalar el Adobe Reader 8.0 ha supuesto problemas. Pero la realidad es que a día de hoy, aún Adobe no tiene disponible una versión de Reader 8.0, 100% compatible con Windows Vista, y de hecho en su soporte técnico explican que para realizar la instalación de Adobe Reader 8.0 en Vista, será necesario indicar en las propiedades del ejecutable, que éste se ejecute en modo compatibilidad de Windows XP, y como administrador.
¿Y por qué como administrador?
Bien este es el origen de prácticamente todos los problemas que presenta Windows Vista hoy, en relación a la compatibilidad. Microsoft ha querido llevar al extremo más extremo la protección del usuario, hasta el punto que la ejecución de prácticamente cada programa, requiere de la confirmación del usuario. Esto lo han denominado UAC, en inglés, User Account Control, o Control de Cuenta de Usuario. Ese sistema identifica el tipo de permisos que un usuario tiene antes de ejecutar una aplícación, no heredando necesariamente el modo de ejecución de la misma, a partir de los permisos del usuario, sino entrando en una dinámica standard de ejecución de programas, como usuarios sin permisos de administración precisamente para garantizar que ninguno de estos programas, se apodere del sistema operativo con fines malintencionados, y haga y deshaga campando a sus anchas.
¿Qué ocurre?
Gran parte de las aplicaciones actuales estiman una serie de condiciones de permisos incluso para usuarios básicos, a la hora de funcionar y de instalarse, que incluso en Windows Vista, pueden ser más restrictivas. Precisamente es por eso por lo que la instalación de Adobe Reader 8.0, falla en Windows Vista, porque ni siquiera el usuario standard con el que el instalador se ejecuta, tiene permisos para escribir en el directorio Temporal de Windows. Por eso hay que especificar que se ejecute en modo administrador.
Cada ejecutable o enlace de acceso directo, en sus propiedades, haciendo click sobre él con el botón derecho, tiene la opción de ejecutarse como administrador. Pero claro, entonces ¿qué ocurre?,¿tenemos que ejecutar cada programa haciendo click con el botón derecho, y posteriormente seleccionar ‘ejecutar como administrador’?
Pues sí. Quizás no en todos los casos, puesto que puede haber programas que no lo requieran, pero ya no nos sirve que nuestra cuenta de usuario, forme parte del grupo de administradores, sino que ahora las aplicaciones, de por sí no se ejecutan con los permisos heredados del usuario.
Seguridad al límite
En nuestro caso, tenemos instalado Norton Internet Security, lo que aporta un Firewall, un Antivirus, y otros sistemas adicionales de protección. Todo esto sumado a los ya implantados por el nuevo Windows Vista, hacen que manejar nuestro PC se convierta en algo arduo, infernal, y prácticamente el adjetivo perfecto sería insufrible. Pero como Microsoft ha trabajado mucho para diseñar un sistema operativo, que condicione la ejecución de cada aplicación, y le pida permiso al usuario, para saber si su click que ha hecho es bueno o no, no diremos ni sugeriremos que desactivéis el sistema UAC, pero nosotros lo hemos hecho.
De esta forma el escenario ha pasado a ser similar al de ejecución en Windows XP, en el que gracias a los antivirus, antispyware, y firewall, tampoco hemos tenido la incursión de ningún bicho, y por consiguiente tampoco tiene por qué ocurrir con Windows Vista, si no cambiamos nuestra forma de funcionar, y decidimos dejar desnudo y sin protección al sistema operativo. Desactivar el sistema UAC, es muy sencillo, basta con ejecutar el comando: msconfig, y en la ventana que nos aparece, ir a la pestaña de Herramientas, seleccionar Deshabilitar UAC y hacer click en el botón iniciar.
Una vez hecho será necesario reiniciar, para que la política se active.
Una vez que hicimos esto, hemos empezado a poder ejecutar gran parte de las aplicaciones que nos fallaban y no podíamos utilizar como por ejemplo el Adobe Acrobat 7.0, que al intentar ejecutarlo nos decía ‘Error Interno’, compiladores, aplicaciones de música, etc.
Funcionar en modo RDP, es decir Remote Desktop, o escritorio remoto, también ha sido una tarea dura. Después de varios fallos extraños, descubrimos que existía una nueva versión del cliente RDP para Windows XP, si nos queremos conectar a ordenadores equipados con Windows Vista, esto es la versión 6.0 del Cliente Remoto de Windows, que se puede descargar desde la página de Microsoft.
Una vez que lo hemos hecho, salvo el sistema de autenticación, visualmente no nos ha cambiado mucho la situación, y los problemas que nos ocurrían antes, los seguimos teniendo. Por ejemplo no podemos abrir el panel de control, desde una sesión remota, debido a un applet CPL, del panel de control que instala el fabricante de nuestra tarjeta de sonido, porque hace fallar al Explorer.exe y se reinicia todo el escritorio. Sin embargo en modo local, es decir en la propia pantalla del PC, este problema no aparece. Está claro que son problemas de los fabricantes que no están adaptados correctamente, y han sacado soluciones de emergencia, que aún no han sido probadas convenientemente porque Windows Vista lleva muy poco tiempo en el mercado.
En definitiva y en resumen, al sistema operativo le faltan muchos meses de rodaje. Rodaje en el que nosotros recomendamos, esperar, porque el cambio puede traer más disgustos que alegrías, sobre todo si eres de los que no te gusta o no puedes formatear a la ligera.
Fuente
No es que tengamos ninguna intención de quitaros las ganas de hacer lo que consideréis oportuno con vuestros PC’s, pero una de las conclusiones a las que hemos llegado es que, aún siendo Windows Vista, un sistema operativo, muy estable, quizás el más estable de los distribuidos por Microsoft hasta el momento, aún le hace falta rodaje.
No sólo le falta rodaje al sistema operativo en sí, sino que le falta rodaje al mercado. Aún son muy pocos los programas que han actualizado a Windows Vista, y aunque a priori las aplicaciones parecen compatibles en un primer vistazo, y casi todo lo que se ejecutaba en Windows XP, consigue ejecutarse en Windows Vista, esto no es del todo cierto.
Pero empecemos por el principio. Aunque en la mayor parte de los sitios la recomendación es hacer una instalación limpia de Windows Vista, en un PC formateado, para los que nos consideramos quizás ‘profesionales’ de la informática, y tenemos muchas horas de configuraciones, compiladores, y demás, la palabra ‘formatear’ no forma parte de nuestro vocabulario, y por eso nosotros vamos a hablar del proceso de actualización a Windows Vista desde Windows XP.
Hasta 6 versiones diferentes se han publicado de Windows Vista. Para quienes actualicen desde Windows XP Home Edition, podrán actualizarse con Windows Vista Home o Windows Vista Premium. Para quienes lo hagan desde Windows XP Professional, deberán actualizarse a Windows Vista Business, o Windows Vista Ultimate.
Que nadie intente instalar Windows Vista, arrancando desde el DVD si lo que pretende es actualizar. Para actualizar, ejecutar el autoarranque del DVD desde dentro de Windows XP.
Antes de comenzar la instalación en sí, el propio proceso realizará una análisis de las condiciones de nuestro PC, y del software no compatible que pueda encontrarse instalado en nuestro Windows XP. Con estos datos se le obliga al usuario a eliminar dichas aplicaciones antes de poder continuar.
Los requisitos de Hardware han aumentado ostensiblemente, así que para todos aquellos que no dispongan de 2 Gigabytes de memoria RAM, mi recomendación es que directamente no se planteen la instalación de Windows Vista. Es cierto que con 1 Gigabyte el sistema se instala, pero para un PC con aplicaciones habituales que funciona bien con 1 Gigabyte en Windows XP, en Windows Vista no tendrá prácticamente memoria para ejecutar nada.
Otro problema será la tarjeta de video. Para los que no somos jugadores de videojuegos de última generación, sino que utilizamos el PC básicamente para trabajar, tendremos los primeros problemas con Windows Vista, nada más arrancar el sistema operativo por primera vez.
¿Por qué cambiar de tarjeta gráfica?
Al menos una tarjeta gráfica con soporte DirectX 9.0 por Hardware será necesaria para poder utilizar el tema de Windows Vista conocido como Aero. El tema Aero dota al interfaz de aceleración hardware en el propio escritorio, lo que permite utilizar ventanas con transparencias, el cambio de ventana en 3D, y salvapantallas de cuidada calidad.
Pero incluso cuando no exista la posibilidad de utilizar el tema Aero de Windows Vista, y sea necesario funcionar con el modo Windows Vista Básico, se aprecia como el sistema operativo no ha sido diseñado para funcionar en ese modo, y prácticamente no está optimizado. El hecho de ejecutar el explorador de archivos, se convierte en una tarea que demanda demasiado esfuerzo a nuestro hardware.
Esto nos obliga, al menos a una gran mayoría, a realizar cierta inversión para poder trabajar con Windows Vista.
En nuestro caso disponíamos de un PC, Placa Gigabyte 8IK1100, basado en el chipset I875P, de intel con un Pentium IV a 2.8 Ghz, y con 1 Giga de RAM. Tarjeta gráfica Nvidia TI 4800, AGP 8x, con 128 Mb de RAM.
La actualización necesaria nos ha dejado un PC de similares condiciones de procesador, 3 Gigas de RAM, Tarjeta Gráfica NVIDIA 7600 GS 256 MB RAM FDDR, AGP 8x.
Nada más detectar Windows Vista la nueva tarjeta, e instalar los drivers de NVIDIA correspondientes nos dió la posibilidad que no existía anteriormente de activar el Tema Aero de Windows Vista. Con este Tema activado el sistema operativo, cobró vida, y ahora nuestro rendimiento mejoró ostensiblemente.
El medidor de rendimiento de Windows Vista
Windows Vista, en las propiedades de mi PC, incorpora, la posibilidad de evaluar el rendimiento del PC cuando se realizan cambios de hardware o siempre que se desee.
Nuestro rendimiento en el primer escenario, era de 1.0 sobre 5.0, indicándo Windows Vista que ese valor de 1.0 viene identificado por existir un hardware que condiciona la productividad del sistema operativo a ese nivel, es decir que no nos da una media ponderada del resultado de cada uno de los componentes del PC.
Ese valor de 1.0 lo indicaba windows para el rendimiento con nuestra tarjeta gráfica antigua en juegos 3D. Para las aplicaciones de escritorio, la productividad era de 1.9 lo cual tampoco era muy alentador.
Con el nuevo hardware, la memoria tomó un valor de 4.4 sobre 5.0 y la tarjeta gráfica de 4.3 sobre 5.0 lo cual nos hizo apreciar rápidamente las diferencias. Aún así el coste de la actualización hardware nos supuso 270 euros, que si se lo sumamos al sistema operativo original que está casi en los 400 euros, hace una cantidad nada despreciable a tener en cuenta para la actualización.
Bien una vez hechos todos los esfuerzos, y sumidos en un proceso de actualización de varias horas, la instalación concluye. Quizás lo mejor de la instalación es que fue un proceso completamente desatendido de principio a fin, de hecho nos fuimos a dormir, y comprobamos los resultados al día siguiente.
Lo que más nos ha gustado de Windows Vista, es que el sistema de cierre de sesión de usuario, realmente mata todos los procesos, liberando al sistema operativo del consumo de memoria de dichas sesiones, y permitiendo que al iniciar la sesión de nuevo, el arranque comience de nuevo y cargue todos los programas, corrigiendo errores que pudiesen haber ocurrido y que nos hayan llevado al cierre de la sesión.
Otra de las cuestiones a destacar es la estabilidad. Parece que incluso en las condiciones más adversas de indisponibilidad de respuesta por parte de aplicaciones, el sistema operativo consigue responder a la mágica combinación de teclas Ctrl + Alt + Supr. Esto es un aspecto muy importante a tener en cuenta, para los que no somos de reiniciar constantemente el PC por todo.
Y como lo cortés no quita lo valiente, y hemos hablado de las bondades que a priori nos muestra el sistema, hablemos ahora de lo que nos ha traido por la calle de la amargura durante días.
Los problemas de usar Windows Vista hoy
Al sistema le falta rodaje e implantación en el mercado. Quizás con esta frase se resume lo que nos ocurre con Windows Vista, cuando intentamos hacer lo que hacíamos hace dos días con Windows XP. Hasta instalar el Adobe Reader 8.0 ha supuesto problemas. Pero la realidad es que a día de hoy, aún Adobe no tiene disponible una versión de Reader 8.0, 100% compatible con Windows Vista, y de hecho en su soporte técnico explican que para realizar la instalación de Adobe Reader 8.0 en Vista, será necesario indicar en las propiedades del ejecutable, que éste se ejecute en modo compatibilidad de Windows XP, y como administrador.
¿Y por qué como administrador?
Bien este es el origen de prácticamente todos los problemas que presenta Windows Vista hoy, en relación a la compatibilidad. Microsoft ha querido llevar al extremo más extremo la protección del usuario, hasta el punto que la ejecución de prácticamente cada programa, requiere de la confirmación del usuario. Esto lo han denominado UAC, en inglés, User Account Control, o Control de Cuenta de Usuario. Ese sistema identifica el tipo de permisos que un usuario tiene antes de ejecutar una aplícación, no heredando necesariamente el modo de ejecución de la misma, a partir de los permisos del usuario, sino entrando en una dinámica standard de ejecución de programas, como usuarios sin permisos de administración precisamente para garantizar que ninguno de estos programas, se apodere del sistema operativo con fines malintencionados, y haga y deshaga campando a sus anchas.
¿Qué ocurre?
Gran parte de las aplicaciones actuales estiman una serie de condiciones de permisos incluso para usuarios básicos, a la hora de funcionar y de instalarse, que incluso en Windows Vista, pueden ser más restrictivas. Precisamente es por eso por lo que la instalación de Adobe Reader 8.0, falla en Windows Vista, porque ni siquiera el usuario standard con el que el instalador se ejecuta, tiene permisos para escribir en el directorio Temporal de Windows. Por eso hay que especificar que se ejecute en modo administrador.
Cada ejecutable o enlace de acceso directo, en sus propiedades, haciendo click sobre él con el botón derecho, tiene la opción de ejecutarse como administrador. Pero claro, entonces ¿qué ocurre?,¿tenemos que ejecutar cada programa haciendo click con el botón derecho, y posteriormente seleccionar ‘ejecutar como administrador’?
Pues sí. Quizás no en todos los casos, puesto que puede haber programas que no lo requieran, pero ya no nos sirve que nuestra cuenta de usuario, forme parte del grupo de administradores, sino que ahora las aplicaciones, de por sí no se ejecutan con los permisos heredados del usuario.
Seguridad al límite
En nuestro caso, tenemos instalado Norton Internet Security, lo que aporta un Firewall, un Antivirus, y otros sistemas adicionales de protección. Todo esto sumado a los ya implantados por el nuevo Windows Vista, hacen que manejar nuestro PC se convierta en algo arduo, infernal, y prácticamente el adjetivo perfecto sería insufrible. Pero como Microsoft ha trabajado mucho para diseñar un sistema operativo, que condicione la ejecución de cada aplicación, y le pida permiso al usuario, para saber si su click que ha hecho es bueno o no, no diremos ni sugeriremos que desactivéis el sistema UAC, pero nosotros lo hemos hecho.
De esta forma el escenario ha pasado a ser similar al de ejecución en Windows XP, en el que gracias a los antivirus, antispyware, y firewall, tampoco hemos tenido la incursión de ningún bicho, y por consiguiente tampoco tiene por qué ocurrir con Windows Vista, si no cambiamos nuestra forma de funcionar, y decidimos dejar desnudo y sin protección al sistema operativo. Desactivar el sistema UAC, es muy sencillo, basta con ejecutar el comando: msconfig, y en la ventana que nos aparece, ir a la pestaña de Herramientas, seleccionar Deshabilitar UAC y hacer click en el botón iniciar.
Una vez hecho será necesario reiniciar, para que la política se active.
Una vez que hicimos esto, hemos empezado a poder ejecutar gran parte de las aplicaciones que nos fallaban y no podíamos utilizar como por ejemplo el Adobe Acrobat 7.0, que al intentar ejecutarlo nos decía ‘Error Interno’, compiladores, aplicaciones de música, etc.
Funcionar en modo RDP, es decir Remote Desktop, o escritorio remoto, también ha sido una tarea dura. Después de varios fallos extraños, descubrimos que existía una nueva versión del cliente RDP para Windows XP, si nos queremos conectar a ordenadores equipados con Windows Vista, esto es la versión 6.0 del Cliente Remoto de Windows, que se puede descargar desde la página de Microsoft.
Una vez que lo hemos hecho, salvo el sistema de autenticación, visualmente no nos ha cambiado mucho la situación, y los problemas que nos ocurrían antes, los seguimos teniendo. Por ejemplo no podemos abrir el panel de control, desde una sesión remota, debido a un applet CPL, del panel de control que instala el fabricante de nuestra tarjeta de sonido, porque hace fallar al Explorer.exe y se reinicia todo el escritorio. Sin embargo en modo local, es decir en la propia pantalla del PC, este problema no aparece. Está claro que son problemas de los fabricantes que no están adaptados correctamente, y han sacado soluciones de emergencia, que aún no han sido probadas convenientemente porque Windows Vista lleva muy poco tiempo en el mercado.
En definitiva y en resumen, al sistema operativo le faltan muchos meses de rodaje. Rodaje en el que nosotros recomendamos, esperar, porque el cambio puede traer más disgustos que alegrías, sobre todo si eres de los que no te gusta o no puedes formatear a la ligera.
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