Los virus troyanos reciben este nombre porque, como la historia del caballo de Troya, mencionada en La Odisea de Homero, ingresan a los sistemas como un programa inofensivo o autorizado por el usuario; el más famoso de ellos fue el llamado “Miguel Ángel” de principios de los años noventa, del tipo bomba de tiempo, pues al llegar el día de nacimiento del pintor italiano entraba en funcionamiento e inutilizaba el disco duro de la computadora donde se había alojado; su forma de propagación: los disquetes.
En la actualidad, ya no son empleados para inutilizar un sistema, sino para obtener
datos de cuentas bancarías o información personal, que envían a cualquier parte del
mundo.
Otra variante de uso es destinarlos para utilizar recursos de la computadora y procesar información que reciben de manera oculta de otras máquinas.
Actualmente, con solo abrir una página web pueden instalarse en el explorador
mediante las cookies y, una vez allí, capturar los datos de un usuario cuando este ingrese a su banca por internet, de allí la importancia de contar siempre con un antivirus y evitar caer en páginas fraudulentas que prometen ganar algún premio.
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