jueves, 14 de agosto de 2008

Generación YouTube


Los nativos digitales quieren ser los protagonistas y necesitan mostrarse. Con las cámaras de sus teléfonos celulares graban todo lo que está ante sus ojos y muchas veces capturan lo que no ocurriría si no hubiera un móvil para filmarlo. El video rosarino "Robándole a los pibes I" y el fenómeno de los hechos autopromovidos para el registro

La tele ya no los divierte como antes y los chicos de la generación YouTube quieren actuar e interactuar. Por lo tanto, se las ingenian para hacer propios otros modelos mediáticos y ser los principales protagonistas. Al principio, el sitio más popular de videos de la red exhibía materiales espontáneos de adolescentes que se mostraban en lo cotidiano: con amigos, con sus bandas de rock, en grabaciones caseras en el desorden de su habitación y, en medio del florecer juvenil, hubo quienes se animaron a filmarse con poca ropa. Luego vinieron algunas escenas, también capturadas al paso, que reflejaban violentas peleas de bandas y agresiones a compañeros en la escuela que terminaron por alarmar a padres y docentes. Pero ahora un fenómeno nuevo parece irrumpir de la mano de la generación YouTube: los chicos actúan peleas y robos, que alguna vez fueron noticia, para tener su protagonismo en la web.

El video llamado Robándole a los pibes I y enviado a la sección de Periodismo Ciudadano muestra el accionar de un grupo de chicos en la esquina de San Lorenzo y bulevar Oroño y abre la incógnita acerca del fenómeno de los hechos autopromovidos para el registro.

En la filmación, los adolescentes están sentados en la parada de colectivo y muestran sus caras a la pequeña cámara que está incorporada en un teléfono celular. Luego, comienzan a correr hacia el bulevar y en la vereda interceptan a dos chicos, a uno le arrebatan la bicicleta y a otro le sacan las zapatillas. Huyen y antes de terminar la filmación muestran a cámara una zapatilla Vans, un objeto preciado entre los adolescentes de hoy. Pese a que el video tiene una carga de verosimilitud quedan dudas acerca de la veracidad del contenido. Es que parece más bien un material armado por un grupo de chicos que lo único que quiere es ganar en fama y notoriedad.

Si bien a veces el uso doméstico de las nuevas tecnologías permite mostrar aquello que sólo el usuario que está en el lugar del hecho puede registrar, en algunos casos sudece lo contrario: la emergencia de hechos autopromovidos para el registro. Que muchas veces no ocurrirían si no hubiera un teléfono celular para filmarlo.

Mientras décadas atrás los jóvenes tenían que ser y parecer; ahora, en lo que algunos llaman la sociedad del espectáculo, la necesidad de los adolescentes es la de aparecer y mostrarse, porque "si los demás no se enteran de lo que hacés parece que nada tiene valor". Sin duda, para los chicos digitales esta práctica exhibicionista que permiten las cámaras de los teléfonos celulares es tan sólo un juego, pero cabe la pregunta de si detrás de esa imagen se esconde algún llamado de atención.




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