Como parte de las investigaciones para las misiones espaciales de larga duración, en mayo de 2013 la NASA llamó la atención al anunciar que otorgaría 125,000 dólares a la agencia de investigación Systems and Materials Research Consultancy con la tarea de encontrar un modo viable de elaborar, en una impresora 3D, comida nutritiva para astronautas.
El primer reto que las máquinas debieron enfrentar fue preparar un pastel de chocolate y luego una pizza.
Esta iniciativa ha sido uno de varios proyectos de ‘impresión’ de comestibles que se llevan a cabo.
Otro de los más recientes es el de la compañía española Nature Machines y su impresora casera Foodini; cuando sea terminada a mediados de año, será capaz de preparar bocadillos dulces y salados.
El concepto, que mostramos a continuación, pretende convertirse en una herramienta más de cualquier cocina, un electrodoméstico común, sobre todo para dar una presentación más atractiva a la comida.
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